Uzbekistán
En el año 2004 me concedieron una ayuda de investigación del programa Ruy de Clavijo de Casa Asia, MAE, para el proyecto Samarkanda “La maravilla”, un homenaje fotográfico a la Embajada a Tamorlán de Ruy González de Clavijo. La idea original del proyecto era realizar un ensayo fotográfico que, inspirado por la crónica del viaje realizado por el embajador entre 1403 y 1406, documentara de alguna manera la actualidad de las antiguas ciudades por las que pasó Clavijo a la vez que buscara vestigios de su pasado. La palabra llave que inspiraría el trabajo sería “la maravilla”, el concepto orientaría el proyecto desde los ojos de un observador “cristiano”, al igual que los viajeros medievales, que declaraban antiguamente como maravilla aquella verdad que pretendían testimoniar en el relato de sus viajes. El término añade una interpretación humanista al proyecto, al viaje como método de conocimiento, y propone el contraste, la diferencia entre la cultura propia y la otra como herramienta de trabajo conceptual.
El trabajo que presento a continuación es el resultado de dos viajes a Uzbekistán en el año 2005, siendo uno de esos países del mundo a los que no se le presta atención, de los que no se habla y apenas se sabe que ocurre. Como el resto del Asia Central ésta es una zona de gran riqueza cultural cuyos futuros más que destinos parecen sentencias. Y en cuyos espacios aun pueden verse las sombras de la Unión Soviética y de las guerras en Afghanistán.
En algunas zonas del desierto del Karakom se erigen colinas en las que se pueden ver situadas en lo alto unas fortalezas construidas en adobe en los periodos del Zoroastrismo. Estas eran las llamadas Torres de Silencio, se usaban en aquellos tiempos para realizar los ritos funerarios y depositar allí a los muertos dejando que se los comieran los animales…