Mensajes de amor al Agua
Existe la teorÃa de que el agua llegó a la Tierra desde un punto lejano del Universo hace millones de años con la misión de dar vida.
Puede creerse o no, pero lo cierto es que todo cuanto existe tiene una estrecha relación con ella.
Asà es, el planeta en el cual habitamos es único y diferente a todos los demás porque es un planeta de agua, casi toda su superficie lo es, y los seres que en él habitamos, los humanos, los animales, los árboles y todas las formas de vida aquÃ, provienen y están hechas de agua.
En antiguas civilizaciones el agua era muy respetada y muchos ritos se basaban en protegerla. En nuestros dÃas, las muchas investigaciones cientÃficas, llevan al punto de afirmar que el agua es un ser vivo y tiene consciencia.
Si lo miramos desde un punto religioso observamos que en la Biblia se nos dice que en un principio la tierra estaba cubierta de agua. Pero también algo que coincide con libros sagrados de otras religiones: lo primero fue el Verbo.
La fÃsica Cuántica demuestra que todo cuando existe es vibración, es energÃa. Por tanto el agua y el verbo, la palabra, también lo son. Las nuevas investigaciones están demostrando que “la energÃa de nuestra conciencia y de nuestras palabras, puede cambiar cosas que podemos observar con nuestros ojosâ€. Esto lo estudia también la fÃsica Cuántica, es el efecto Observador: la acción de observar tiene un efecto en lo que observamos.
Pues bien, partiendo de todas estas premisas nació la idea de realizar este trabajo: “Mensajes de amor al aguaâ€.Se trata de dirigir la mirada al agua con respeto y cariño, ya que al igual que cualquier otro ser vivo necesita de amor para vivir y desarrollarse.
Una vez decidido el comienzo del trabajo quedaba la duda sobre dónde realizarlo. El agua está a nuestro lado en todo momento y cualquier forma o manifestación de ésta podÃa ser digna de homenaje, pero finalmente tomamos la decisión de hacerlo donde creemos que el agua es más viva, la que recorre la tierra para conectarse con las aguas de los mares, los rÃos.
En principio elegà los dos rÃos que siento más cercanos, el gran Guadalquivir y el humilde Manzanares, aunque la idea es seguir acercándome a otros muchos con la misma intención.
Encarna MarÃn