Este trabajo es la suma de tres reportajes realizados para The New York Times cuyo tema central era la violencia y el trafico de drogas en Salvador, Honduras y Costa Rica. Mi enfoque ha intentado transmitir el clima de violencia al que están sometidos tanto los pandilleros como la gente corriente de estos paÃses.
Pude comprobar de primera mano que este fenómeno responde a un legado de violencia que ha durado años. Es el resultado de las injusticias, pobreza extrema, la corrupción de los gobiernos, el trauma de la guerra al que fueron expuestos sus habitantes (en especial los niños), el flujo de armamento, y en los últimos años, al tráfico de drogas hacia Norteamérica con la consecuente adicción de la población.
En referencia a las Maras, puedo decir que tuve el privilegio de ser invitado por los propios miembros a visitar las cárceles donde cumplen condena. Pude conversar con miembros de pandillas rivales y hablar de sus orÃgenes. Comprobé que simplemente se asociaban a la pandilla que dominaba el entorno en el que vivÃan ya que desde una temprana edad la sociedad les dió la espalda. Evitar la Mara es, para muchos virtualmente imposible, y para otros la Mara fue su familia adoptiva y a ella le deben todo lo que tienen.
Es un espantoso circulo de violencia , y una advertencia clara para otras sociedades del camino al que pueden llevar la exclusión y la injusticia social.