Latinstock
En este número hablamos con Melchor Sangro, director de Latinstock, una de las agencias fotográficas con mayor trayectoria y solidez de España.
19 Jul 2012 — beauty portrait of a woman with glittery makeup — Image by © Bernd Vogel/Corbis
Hola Melchor, ¿podrías contar brevemente a nuestros lectores en qué consiste y como funciona un banco de imagen?
Básicamente un banco de imágenes (el término no me gusta mucho, prefiero “agencia fotográfica”), es un extenso y variado repertorio de fotografías de distinta procedencia (de fotógrafos directamente, de agencias de otros países, de colecciones, etc.) que se ponen a disposición de diversos clientes (agencias de publicidad, revistas y periódicos, editoriales de libros, sitios web, empresas, etc. etc.) para su utilización en distintos soportes y para muy diferentes usos. Cada vez que una fotografía es utilizada (cada vez que se otorga una licencia de uso), la agencia se queda con un porcentaje y el fotógrafo/autor con otro.
Te decía que no me gusta el término “banco de imágenes” porque sugiere una connotación de material “enclaustrado” que, al menos en nuestro caso, no se corresponden con la realidad.
Blonde woman floating — Image by © Mallory Morrison/Corbis
Vuestra agencia ha vivido la transición de la diapositiva al pixel. ¿De qué manera ha afectado este cambio a vuestro negocio?
El negocio ha cambiado radicalmente, y está siempre en constante evolución, según muchos creadores, para peor, te dejo aquí algunas quejas generalizadas en el sector:
-gran inflación en la oferta debido al surgimiento de numerosos plataformas que ofrecen “contenidos generados por el consumidor”
– surgimiento de numerosos competidores que pugnan por la mera distribución del contenido de baja gama, sin ningún valor añadido, entrando en una guerra de precios, con la consiguiente “comoditización” de la fotografía
– la obvia disminución en el volumen global del negocio provocada por la crisis y la paralización de la inversión publicitaria y editorial en contenidos.
Todo esto ha afectado negativamente a las agencias fotográficas, y por tanto a sus fotógrafos, que no han sabido adaptarse o competir con estos factores.
La revolución digital tiene indudables ventajas, pero también sus inconvenientes, o mejor dicho sus desafíos.
El mercado, desde mi punto de vista, se dirige hacia dos vertientes muy claras:
Una primera tendencia, enfocada fundamentalmente en el consumidor, consiste en el crecimiento exponencial en el uso de imágenes debido a los nuevos sistemas y dispositivos de comunicación digitales; nunca se han necesitado y compartido más fotografías y vídeos que ahora en páginas webs, redes sociales y plataformas de todo tipo.
La peculiaridad es que estos contenidos necesitan un nuevo modelo de comercialización, el modelo clásico de pago por uso “a priori” no encaja ni satisface ni a consumidores ni a los creadores de contenido. Probablemente habrá que desarrollar un modelo basado en criterios “a posteriori” como “número de veces que se comparte, se visualiza, se recomienda etc.” ese contenido, el tráfico que genera o el nivel de engagement que produce en el consumidor.
Las nuevas tecnologías pueden perfectamente ofrecer mecanismos de control de estos parámetros casi en tiempo real para dar una respuesta tanto a creadores como a consumidores
Lo malo es que aún ese modelo no se ha desarrollado y estamos en una situación donde el modelo antiguo no sirve, pero no hay una alternativa clara para la correcta comercialización de contenidos digitales; realmente estamos en una crisis, en el sentido etimológico del término, un proceso de cambio que espero culmine pronto, ya que el caos actual no beneficia a nadie, debido por un lado a la falta de retribución, (nula o ridícula) que reciben los creadores de contendido y a la falta de seguridad jurídica que afecta a los consumidores.
La segunda tendencia, protagonizada por clientes profesionales (agencias de publicidad o empresas) es la demanda de unos contenidos premium, imposibles de replicar (por ejemplo, imágenes clásicas, históricas, de fotógrafos renombrados o que muestran contenidos exclusivos, assignments, etc.); es cierto que esta demanda de boutique es cuantitativamente muy pequeña comparada con la vertiente anterior, pero actualmente ofrece una compensación justa a sus creadores y un alto grado de seguridad jurídica a los consumidores.
En esta vertiente también identificamos la mayoría de usos publicitarios de fotografías y vídeos, que necesitan una gestión profesional tanto de los derechos de autor como de otros derechos de propiedad intelectual (PI) derivados del contenido de la obra fotográfica.
Beauty portrait of woman wearing flowers — Image by © Ragnar Schmuck/Corbis
¿El volumen de imágenes que gestionáis desde el advenimiento de la fotografía digital es mucho mayor que antiguamente?
Sin duda alguna, ahora ofrecemos en nuestra web (www.latinstock.es), más de 10 millones de fotografías, catalogadas, descritas y fácilmente accesibles. Esto era impensable en el entorno analógico, ventajas de lo digital como decía en la respuesta anterior, también las hay.
Para dar una idea no solo del volumen, sino de la calidad del contenido, Latinstock, tras su reciente incorporación al grupo Cordon (www.cordonpress.com) representa en España, entre otras muchas, a las siguientes agencias:
Corbis, Reuters, Alamy, Masterfile, Stockfood, Roger Viollet, Noor, Laif, Agence Vu, Mauritius, Photononstop, Ulstein, Urbanlip, Camera Press, Press Associated, Sipa, August, CPI,Scanpix, All-Over, Splash, etc., etc.
Cape Town, South Africa — falling man — Image by © Daan Brand/Corbis
¿Existiendo en la web, vuestros clientes suelen ser españoles o también os compran imágenes desde otros países?
Nosotros tenemos los derechos de explotación de las fotografías para España, para clientes españoles o empresas radicadas en España. Lo que si podemos es gestionar derechos de uso mundiales para nuestros clientes.
En un banco de imagen como el vuestro se pueden encontrar muchos tipos de fotografía, desde fotografía conceptual, retratos, paisajes hasta fotografía de reportajes. ¿Cómo conviven y cómo se ofrecen las imágenes a posibles compradores?
Como te decía la tecnología nos permite ahora almacenar, ordenar, describir y poner a disposición de cada cliente el tipo de contendido que necesita. Tanto en www.latinstock.es, www.cordonpress.com, como en otras páginas que gestionamos, como www.corbisimages.com, existen unos potentes buscadores que permiten filtrar los resultados con muy diversos criterios para que encontrar la imagen adecuada sea rápido y sencillo.
Me gustaría destacar que en Latinstock-Corbis invertimos muchos recursos para identificar tendencias estéticas, culturales, artísticas y demográficas y anticiparlas en nuestras producciones para ofrecer así una materia prima creativa de excelente calidad a los profesionales de la publicidad y los medios.
Disponemos de un departamento específico dedicado a lo que denominamos “creative research” que comparte todo este conocimiento con nuestros fotógrafos.
Basándonos en estos estudios hemos desarrollado tres colecciones especialmente enfocadas a la comunidad creativa, con tres líneas creativas muy definidas:
Crush: Una colección de imágenes conspicuas y muy dramatizadas, estamos en el teatro de la publicidad.
Ivy: Fotografías de una estética impecable que representan unos valores tradicionales dirigidas a un modelo de publicidad aspiracional.
Blink: Imágenes frescas y espontáneas, muy realistas, siguiendo la estética del contenido generado por el usuario, pero con todos los derechos necesarios para usos publicitarios.
05 Nov 2010, Zanzibar, Tanzania — Woman collecting algae, Pwani Mchangani, Tanzania — Image by © Atlantide Phototravel/Corbis
¿Cómo ha afectado al mercado la irrupción de las fotografías royalty free (libres de derechos)?
Es importante señalar que las fotografías se comercializan básicamente mediante dos modelos, que se denominan “derechos protegidos” y “libres de derechos” o “royalty free”.
En el modelo de Derechos protegidos, el precio de la licencia viene determinado por el uso que se quiere realizar con la imagen, siendo factores a considerar el territorio, la duración, el/los soportes, y otros, en definitiva el grado de exposición al público de la fotografías.
Este modelo permite un control sobre todos los usos de cualquier imagen, de modo que se puede controlar que dos empresas competidoras de un mismo sector no utilicen la misma imagen.
También puede negociarse exclusividad parcial o total para este tipo de imágenes.
En el modelo Libres de derechos (RF), el precio de la licencia viene determina por el tamaño del archivo digital que se adquiere. La imagen tiene limitaciones para su utilización, pero a efectos prácticos las fotografías se puede utilizar para tantos aplicaciones como el archivo permita y tantas veces como se quiera.
Este modelo no permite control sobre usos de las imágenes ni la posibilidad de contratar exclusividad de ningún tipo.
Yo creo que el modelo RF, ya instaurado plenamente en la industria, lo más negativo que le achacaría es que abrió la Caja de Pandora a otros modelos como el micro-stock, la suscripción, etc., que desde mi punto de vista han sido muy negativos, especialmente para los fotógrafos, que han ido perdiendo control sobre sus fotografías.
16 Nov 2011 — young love in bed — Image by © Andreas Baum/Corbis
¿Cómo os blindáis contra el hurto de imágenes?
Afortunadamente la mayoría de nuestros clientes son muy respetuosos con la PI y los derechos de autor, pero las generaciones jóvenes, a veces por desconocimiento, creen que en internet todo es gratis, y en ocasiones utilizan fotografías sin adquirirlas las debidas licencias. Para luchar contra este problema nada mejor que información, educación, y por si acaso, un buen despacho de abogados.
¿Os preocupa y os afecta que plataformas como Facebook decidan utilizar y ofertar imágenes de sus usuarios?
Sí, sobre todo tras casos como los de Instagram y Google drive, que con su desprecio hacia los fotógrafos/usuarios, han ayudando a propagar y fomentar la creencia del todo gratis, que a quién realmente perjudica es a los autores, que sin una justa recompensa a su trabajo, no podrán continuar haciéndolo.
La aparición de plataformas que ofrecen supuestamente contenidos gratuitos ha contribuido a fomentar, como te decía, sobre todo entre los más jóvenes, la falsa creencia de que en Internet todo es gratis lo cual dificulta enormemente la implantación de modelos justos de retribución para los creadores.
Además, habría que estudiar caso por caso, pero en general hay que decir que el contenido se paga, bien sea directamente o con otras formulas como la inserción de publicidad que el consumidor debe visualizar o la necesidad de compartir datos personales por parte del consumidor, etc.
Además, para el profesional de la publicidad existen riesgos claros:
Por un lado existe un peligro en lo que afecta al propio contenido, en general estas plataformas ofrecen imágenes tópicas, meras réplicas de estereotipos que se suponen han tenido éxito comercial. No se valora la creatividad. Además, si una agencia de publicidad utiliza este tipo de imágenes, no puede saber cuántas veces o quiénes han utilizado o están utilizando esas imágenes, y por supuesto estás plataformas no advierten ni se ocupan de gestionar los derechos de Propiedad Intelectual que pudieran necesitar ciertas imágenes que muestran personas, edificios, obras de arte, etc., poniendo en riesgo las campañas y la reputación de su clientes.
Bali, Indonesia — Monkey — Image by © Geo Rittenmyer/Corbis
¿Utilizáis solo imágenes con una determinada calidad o tenéis también imágenes tomadas con nuevas tecnologías tipo smart phone o tablets?
Nosotros tratamos de trabajar con las mejores agencias y los mejores fotógrafos del mundo. Las tendencias estéticas cambian, las buenas fotos permanecen.
Por último me gustaría saber ¿qué requisitos tiene que cumplir un fotógrafo para formar parte de un banco de imagen?
Muchas buenas imágenes y mucha paciencia.