Miguel Oriola

Entrevistamos a Miguel Oriola, un maestro inclasificable dentro del panorama fotográfico español.  Sus trabajos siempre rompedores y provocadores nos han acompañado desde hace décadas. Durante todo ese tiempo parece que siempre va un paso por delante del resto. A ver que nos cuenta.

©Simona Rota

 

¿Cómo empezaste en este oficio?

Empecé a los quince años, por casualidad. Me sentí atraído por algo que no entendía y que era un reto, pero en principio solo era una cosa más de las que hacía pues  también me atraía el teatro, la pintura,  la música y la literatura,  lo practicaba todo a la vez. Tuvo que pasar bastante tiempo para que decidiera ser fotógrafo.

 ¿Te acuerdas de cuál fue tu primera cámara?

Fue una Contina  de Kodak  que compre por 250 ptas. y que pagaba a plazos; 25  ptas. a la semana

¿La primera   foto  o  fotógrafo que te impresionó?

La primera foto que me impresionó fue la que yo mismo tomé y que salió bien,  era ropa colgada secándose al sol movida por el viento delante de mi casa. Yo fui el primer sorprendido  de mí mismo, nunca pensé que pudiera hacer algo así.

¿La última foto o el último fotógrafo que te ha hecho sentir lo mismo? 

La última cosa que me ha gustado ver ha sido  el video   «What lies beneath» de Mert and Marcus para la revista Love

¿Con qué cámara sueles  disparar?

Me da igual una que otra. Tengo toda clase de cámaras y hago mi trabajo con la más conveniente. Te daré una pista, la que más uso últimamente  es una  negra y tiene algo redondo delante.

¿Tienes una óptica favorita? 

Si suelo trabajar con objetivos muy cortos,  y suelen ser también negros  y redondos.

¿Horizontal o vertical?

Yo procuro estar vertical, y las fotos, depende del trabajo que hago. No tengo una preferencia, la  verdad es que estas cosas no me quitan el sueño. Las fotos saben mejor que yo como deben de ser.

¿Qué prefieres disparar a tiempo y hacer lo que esperabas o no llegar a tiempo y sorprenderte?

Practico las dos modalidades, pero me gusta y  disfruto mas, con  la fotografía que me sorprenda. Ya me pasó  el tiempo de la certidumbre, prefiero la duda y la incertidumbre.

¿Reencuadras las fotos?

Hago todo lo que sea necesario para que la imagen sea lo que tiene que ser, no tengo escrúpulos de purista. Tampoco es ya la  época para eso.

¿Cómo te has adaptado al mundo digital?

Cuando lo pienso no lo recuerdo, por lo tanto debe de haber sido progresivamente como suelen ser la mayoría de las cosas.

¿Digital químico? ¿Por qué?

Ya he dicho que  uso lo más conveniente para un buen resultado, a menudo es digital y otras veces es mixto.

¿Qué películas utilizas? 

Utilizo las películas donde sale  Sasha Grey.

¿Retocas las imágenes? ¿Con que software?

Yo lo llamo procesarlas  las fotos necesitan ser procesadas como siempre para ser presentadas, el photoshop es fantástico bien  utilizado.

¿Cómo ves el panorama a día de hoy?

A la fotografía le pasa  como al resto de las cosas en esta época: Demasiada gente habla de demasiadas cosas   en  demasiados sitios, durante demasiado tiempo,  con demasiada gente,  con demasiada sinrazón.

 

GALERIA-ORIOLA

 

En varios textos mencionas a José Vicens, fotógrafo de tu ciudad natal, Alcoi, como tu maestro.  Él era un fotógrafo de pueblo que hacía fotografías de estudio y de fiestas populares, sobre todo me imagino que de los Moros y Cristianos, la fiesta más famosa de Alcoi. ¿Crees que su trabajo influyó en que el tuyo haya estado centrado en la puesta en escena, de una manera teatral o cinematográfica?

José Vicéns era fotógrafo, fotógrafo,   de la época modernista,  que hacía de todo y muy bien, con él aprendí durante solo tres años, pero a un ritmo endiablado. Él era un hombre culto, me hizo ver que la fotografía era una cosa seria,  pero también me habló de música y de arte, me enseño que la fotografía no anda sola, que el fotógrafo necesita más cosas, más conocimiento de otras disciplinas  y así lo aprendí. Aprendí a hacer buenas fotos, fotos bien hechas, como parte de un mundo mágico de cultura en el que yo me iba sumergiendo. No era un fotógrafo de pueblo en el sentido que se puede malentender esto. Lo  cinematográfico y su influencia  es algo mucho más posterior.
Hace tantos años que no veo las fiestas de moros y cristianos que ya no las echo de menos.

En aquella época, eras de los pocos que se atrevían a dedicarse a la fotografía erótica como expresión artística. Eso no debía ser nada fácil por el momento histórico. ¿Tuviste problemas con la censura en algún momento?

La verdad es que yo nunca me he dedicado a la fotografía erótica lo que si he hecho son retratos de gente sin ropa que es distinto, y desde luego que he sufrido alguna censura, pero no más que ahora. La sigue habiendo aunque no lo parezca, pero no como antes por un régimen, ahora es por aquellos empleaduchos que quieren cuidar de nuestras almas,  y de las suyas

Ya por el año 95 en  tu serie  The Private Collection  y más adelante en  Historias de la Edad Media  te dedicas a manipular las imágenes, ya sea el negativo o el positivo. ¿Sentías la necesidad de crear algo único?, ¿crees que los programas de retoque han acabado con esa posibilidad?

Yo siempre que hago algo, lo hago por necesidad de hacer algo distinto, como es natural. Lo de la manipulación de los negativos de forma extrema era mi despedida de la era analógica y dar la bienvenida a una nueva era.
Los programas de retoque no son más que otras formas de alterar el material. En mi caso son la forma de procesar el trabajo.

No sé si el cine es una obsesión  tuya, pero algunos de tus  trabajos  parecen fotogramas de películas. En muchas de tus series, el planteamiento visual parece que nos obliga a que  nos inventemos una historia para rellenar el hueco ente una imagen y la siguiente. Los títulos de tus obras nos remiten  a veces a películas y además como Hitchcock apareces autorretratado en bastantes de tus imágenes. ¿Si es así, de donde viene esa obsesión?

El cine siempre ha sido una fuente de inspiración  en mi trabajo, porque el cine desde el principio ha sabido conjugar y reunir a los mejores artistas de cada época, fotógrafos, escritores, pintores, decoradores,  directores de arte, músicos, estilistas y creativos de toda índole. Por eso recién nacido se convirtió en el séptimo arte,  a diferencia de la fotografía que han tenido que pasar tantos años para que sea considerada como lo está ahora. Algo tiene el cine, así que no es extraño que sirva de referencia  en la cultura de cualquier época. Hay que decir  que en el presente grandes artistas están en el mundo de la fotografía.

Encuentro en tus títulos referencias mitológicas,  a pintores (La tierras de Hokusai, Picasso) a músicos (November Suite- Robert Fripp) o  al cine como he mencionado antes. ¿Esas referencias, son pistas que nos das  para ayudarnos a  interpretar tus fotografías, o son solo sensaciones que tienes al hacerlas?

Desde luego  que cuando hago mi trabajo  no pienso en el espectador, y la inspiración viene de cualquier lugar como tú ves, son solo referencias, que me han acompañado en la elaboración,  pero no es para ayudar a nada. Si yo tuviera alguna intención sería la de complicarle las cosas al espectador, es un error pensar en el espectador y hacerle  la cosas comprensibles, el buen espectador prefiere que le dejen trabajar a su mente.

En Ojos Rojos, conocemos tu trabajo desde finales de los 80. En esa época, anteriores y hasta principios del siglo XXI, el desnudo era parte esencial de tu trabajo. Te autocalificabas o te calificaban de  erotómano. Incluso llegaste a trabajar para la mítica revista PlayBoy. En tus recientes trabajos parece que aunque el cuerpo humano esté muy presente, esa obsesión por el desnudo ha cambiado por una obsesión por la luz y el color. ¿Cómo surge ese cambio?

Sean cuales sean mis obsesiones siguen siendo las mismas. Yo nunca me he autocalificado de erotómano y además el criterio de la gente no me preocupa.

Lo del desnudo es algo que no me gusta verlo escrito cerca de mis fotos porque solo son, como decía antes, retratos de gente sin ropa. Sobre todo yo soy retratista,  la acepción de desnudo como genero yo nunca la he usado, quiero decir en mi obra nunca he hecho desnudos y mucho menos eróticos. No me interesan, y además  el género está obsoleto.

Otra cosa es que en mi trabajo profesional que diferencio claramente,  el Playboy alemán me contratara. He hecho campañas de ginebra y eso no quiere decir que me guste, he hecho campañas de bancos y tampoco me gustan los bancos, es solo trabajo. He hecho fotos a muchos cantantes de los cuales jamás oiría su música.

Otra idea en la que reincides en tu trabajo es la violencia. A veces es directa (Unsolved Cases,  Victims, Evidence Museum) y a veces es simplemente la manera en que transmites una sensación de desasosiego a través del tratamiento de la luz (American Night). ¿Por qué?

Evidentemente las fotos que tú comentas son imágenes del resultado de la violencia, para denunciarla. Yo no hago fotos de violencia, y no sería yo quien reincide, sino la sociedad;  muestro sus consecuencias. Muestro al ser humano tal como es de una forma directa, el mundo es como es.

Es cierto, que utilizo   la luz como elemento expresivo, es uno de los elementos variables de la fotografía que me interesa en especial. También debo decir que me interesa la inquietud y el desasosiego en las imágenes, es muy útil para mis intenciones.

Dejaste atrás el mundo de la fotografía de publicidad y moda, dos campos donde eras muy respetado, para dedicarte a tiempo completo a la docencia. ¿Por qué ese cambio? ¿Se aprende mucho siendo maestro? 

La realidad es que deje la publicidad y la moda, o sea el trabajo comercial, pero no para dedicarme a la docencia sino para dedicar todo el tiempo posible a mi obra personal, la docencia es el  trabajo que hago para vivir, y la verdad es que me ocupa mucho tiempo, mientras tanto no hago las fotos que no quiero hacer, y ciertamente debo decir que me gusta mi trabajo, me gusta enseñar y desde luego que se aprende mucho enseñando a otros.

Y por último ¿Y ahora qué?

Por mi parte puedo decir que sigo trabajando  como siempre  en nuevos proyectos.

Entrevista Mike Steel