Pepe Lamarca

Enviamos a nuestro colaborador J. Marcelino «Pillo» a entrevistar al maestro, Pepe Lamarca en su casa de Polanco (Cantabria). Nos cuenta como ha sido su viaje de Argentina a España, de reportero gráfico a retratista.
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© J. Marcelino «Pillo»

¿Cómo empezaste en este oficio?  

Profesionalmente trabajando para la prensa de los sindicatos de rama (sindicato industrial)

¿Te acuerdas de cuál fue tu primera cámara?  

Una de “cajón”. Eran unas cámaras rudimentarias sin fotómetro y un objetivo de una sola lente.

¿Cuál fue la primera foto o fotógrafo que te impresionó?  

La fotografía anónima que recoge Fernando de Triana en su libro Arte y Artistas Flamencos (1935)

¿La última foto o el último fotógrafo que te ha hecho sentir lo mismo?  

Por otras razones, la dignidad y verdad del trabajo de Gervasio Sánchez.

¿Con qué cámara sueles disparar? ¿Te da igual una que otra? 

Olimpus OM1, una vieja Hassel y otra Rollei más vieja.

Camaron_Paco de Lucia_M_Paco de Lucía y Camarón de la Isla

¿Tienes una óptica favorita? 

Los teles cortos (80-100) y angulares que no deformen apenas.

¿Horizontal o vertical?  

La verdad, no entiendo muy bien la pregunta…

¿Qué prefieres disparar a tiempo y hacer lo que esperabas o no llegar a tiempo y sorprenderte?  

Esta, con perdón, me parece una boludez.

¿Reencuadras las fotos?  

En estudio, en rarísimas ocasiones. En eventos y festivales flamencos, quizá más.

¿Cómo te has adaptado al mundo digital?  

Pues sencillamente no adaptándome.

¿Digital o químico? ¿Porqué?  

Evidentemente químico, ¿no?

¿Qué películas utilizas?  

T-MAX…

¿Retocas las imágenes? ¿Con que software?  

Dos pinceles finitos, un cuenquito de porcelana blanca, aguada de tinta china o guache…

Siempre con dos deditos, mi soft digital.

¿Cómo ves el panorama a día de hoy?  

Como el disco de Newton gira, gira, hasta que los colores desaparecen…

Cuentas que vivías en el campo cuando empezaste con la afición a la fotografía ¿Quien te enseño los rudimentos de la fotografía y del revelado? ¿Qué tipo de fotografía fue la que te inspiraba de joven?

Me crié en una estancia de la provincia de Buenos aires, en el campo. Cuando empecé a hacer fotos las hacía con una máquina de “cajón”, de esas que no necesitan fotómetro, y las llevaba a revelar al pueblo más cercano. Fue posteriormente cuando aprendí la técnica yendo a los “Foto-Clubs”. Allí te enseñaban los rudimentos del revelado y la copia. Me gustaba hacer fotos de los animales, en especial de los caballos, y también de mis hermanos (tengo cinco) montados a caballo o trabajando con el ganado…, de los perros.

Empezaste trabajando como periodista escribiendo sobre las malas condiciones de trabajo y conflictos sociales de la época. ¿Qué te hizo cambiar la pluma por la cámara?

Trabajaba para los medios de los sindicatos. Había mucha censura en la consideración de los conflictos. Los textos eran más fácil de manipular: es más difícil manipular una imagen.

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¿Pensabas que el reportaje social podía cambiar algo, que podía crear una empatía en el espectador? ¿Qué piensas ahora?

Por supuesto que no. Pero mis fotos ilustraban la alegación que se presentaba en los juzgados para conseguir que un trabajo se considerara insalubre y así lograr mejorar las condiciones laborales de los que lo sufrían.

Detesto el “turismo de la pobreza”, el reportaje de niños necesitados… Toda la documentación gráfica de los trabajos insalubres fue hecha por indicación del sindicato para denunciar ante el juez el delito que se estaba cometiendo. Hablo de un sindicalismo que hoy no existe, claro.

Te detuvieron durante el gobierno del presidente general Lanusse (el noveno presidente de facto en 3 años) por militar en un partido de izquierdas. ¿Fue por el solo hecho de ser de izquierdas o fue debido a que tus trabajos fotográficos, debida a su temática social, eran mal vistos o resultaban incómodos para la gente en el poder?

No, no fue esa la razón… Para entonces yo era diagramador (maquetador) y fotógrafo de una revista de izquierdas que publicaba documentos de los grupos que estaban en la lucha armada. Alguna vez pidieron a la dirección la identidad y captura del fotógrafo autor de aquellos reportajes antes mencionados, pero los sindicatos me protegían.Sin embargo, posteriormente, la jefa de prensa de uno de los sindicatos para los que hice los trabajos en el cementerio y en la usina (incineradora) de basuras de Buenos Aires, fue secuestrada bárbaramente, torturada y asesinada. Le decían “Muñeca”, era muy bella. Aparece en una de las fotos que hice en el cementerio…

 

Usina de basuras02_BA_1968Usina de basuras. Buenos Aires 1968

Después de pasar meses en la cárcel sin causa judicial decidiste pedir que te extraditaran a España. ¿No era salir de Málaga para entrar en Malagón? ¿Cuál fue la causa de que un militante de izquierdas decidiera venir a un estado fascista como era la España de principios de los setenta? ¿Fue por tu amistad con Gades, Paco de Lucia o Camarón?

Fue por mi amistad con un conocido economista cercano a Perón*, quien me ayudó a salir y me hospedó en su casa. La represión que se ejercía en el lugar de donde venía era brutal y la España de los años 70 me parecía más liviana. Además, a mi llegada, la calificación como “peronista”, en la que me enmarcó la policía franquista, no despertaba recelo.

(*) Juan Domingo Perón político, militar y presidente argentino, junto a mujer Eva Duarte “Evita”, fueron los personajes políticos más populares e influyentes de su país durante el siglo XX. Perón vivió exiliado en España; recluido en Madrid en el barrio residencial de Puerta de Hierro (1960-1973) (N. del E.)

Rafael Romero

 

Llama la atención que, viniendo de realizar reportajes para los sindicatos o reportajes sociales, a tu llegada a España te decantaras por el retrato. ¿Por qué?

Al llegar a España yo no tenía problemas por mi pasado político pero también tenía claro que no podía buscármelos. Hice varios reportajes gráficos sobre los acontecimientos que se sucedían, entre otros el de los asesinados de Atocha (los abogados laboralistas a los que liquidaron fascistas parapoliciales) y algunos actos de la extrema derecha, con la “protección” de Sánchez Covisa, jefe de los “Guerrilleros de Cristo Rey”, a quien había fotografiado cuando éste estaba en la cárcel, de cuyo retrato él estaba muy satisfecho. Siempre que tenía problemas con los servicios de orden o su escolta llamaba la atención del “jefe” y me dejaban trabajar. Fue la etapa de la revista Opinión.

El decantarme por el retrato de estudio se debió, además de que ya me gustaba y que había hecho books de teatro en Buenos Aires, a que tuve un accidente de auto trabajando en Siria que me dejó medio baldado y con dificultad para caminar, y sobre todo para correr, algo indispensable para el reportaje político.

 

Después de unos años viviendo en España muere Franco. Fueron unos años de gran creatividad. ¿Qué recuerdas de esa época y de la sensación de por fin vivir en una democracia?

De la muerte de franco me llamó la atención el susto que produjo en la población. Por entonces yo frecuentaba un pequeño restaurant cercano a Puerta de Hierro, propiedad de un argentino. Ese día le fui a visitar: tenía el refrigerador lleno de botellas de cava que habían llevado los clientes para festejar el evento que se avecinaba, pero cuando llegué el restaurant estaba vacío. Comimos el dueño, un guardia forestal de El Pardo que había traído unos conejos, y yo. Al final de la comida brindamos los tres solos. No apareció nadie más.

Parecía que había muerto el papá déspota pero sus hijos todavía no lo veían claro.

 

Menese_Fco-revista-ojosrojosMenese y Fco. Moreno Galván, 1976

 

Se te conoce sobre todo por tu trabajo como fotógrafo de las estrellas del cante y del baile. ¿Cómo te integraste en el mundo del flamenco que siempre se ha considerado un mundo bastante cerrado? ¿El tipo de retrato que realizabas para los músicos o bailaores venía impuesto por las discográficas o tenías libertad creativa en todo momento?

Me ofrecieron hacer todo tipo de portadas discográficas, desde los Tequila hasta Concha Márquez Piquer o Manuel Alejandro… Yo ya conocía a Antonio Gades pero cuando llegan a mi estudio Paco y Camarón y empiezo a retratar el universo del flamenco, me doy cuenta de que es lo mío: su marginalidad, su elegancia, su arte, del que ya tenía conocimiento, me enamoran.juana-carrizo-revista-ojosrojos

El libro Arte y Artistas Flamencos y las magníficas fotos que contiene, me abren un mundo y me doy cuenta de la antigüedad y tradición que ya hay en el retrato flamenco, espléndida y curiosamente anónima. Enseguida veo con gozo cómo a los artistas les gusta verse retratados.

Recuerdo el halago del guitarrista Melchor de Marchena al ver el retrato que había hecho de su hijo Enrique: “me gusta que lo has sacao muy gitano”. Y ahí está el asunto: los gitanos posan como nadie. Al final de una sesión con Rafael Romero, de los treinta disparos no sabía con cual quedarme. Sin que yo le hubiera dado ni una sola indicación después de cada clic el cambiaba la pose… ¡todas perfectas! Con ellos siempre trabajé con total libertad.

Cristina_Hoyos_revista-ojosrojos Cristina Hoyos

Algunas de tus imágenes, sobre todo alguna de Camarón de la Isla se han transformado en verdaderos iconos. ¿Crees que al tomarlas estabas tocado por el duende?

¡No! El duende siempre es suyo. Una persona que después de muerto te sigue emocionando, para mi que soy ateo, es un dios y como tal hay que tratarlo.

¿Duende? A veces cuando la inspiración me ha fallado mi recurso ha sido la pintura. Ellos lo inventaron todo: Vermeer, Tiziano, Leonardo, Ribera… su luz.

Fernanda de Utrera_UT

Algunos de los retratos de Yousuf Karsh que también se convirtieron en iconos (Churchill, Einstein, Khrushchev) aunque lo más interesante y sobre todo complementario eran las anécdotas que contaba sobre su relación con sus modelos ¿Como es tu relación con la gente que fotografías?

Salvo excepciones, me gusta conocer su trabajo, y si me gustan, tratar de mistificarlos.

Algo siempre difícil de conseguir.

¿Tu negativa  a trabajar en digital te ha hecho perder algún trabajo? ¿Cuál es la razón de esa negativa?

No, qué va, nunca me han impuesto el formato. Pero no soporto el ordenador. La luz roja, la fragancia de los líquidos y una buena música… paraíso.

¿Algún consejo para la gente que se quiera embarcar en este loco mundo de la fotografía?

Tener una buena historia que contar, algo que obsesione, y hacer el enorme esfuerzo de contarla con emoción.

 

 

joselamarca.com

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