Sandra Balsells

Sandra Balsells es una fotoperiodista conocida por su extenso trabajo acerca del desmembramiento de la antigua Yugoslavia y recopilado en un magnífico libro titulado Balkan in memoriam. Ha conseguido hacer un hueco en su apretada agenda para contestar a preguntas sobre sus comienzos como profesional , fotoperiodismo y sus proyectos actuales.

Mostramos una parte de su trabajo «A un paso del cielo» realizado durante la Semana Santa en Sicilia. 

Como siempre comenzamos con el cuestionario que le hacemos a todos los maestros.

¿Cómo empezaste en este oficio?

En realidad empecé cuando acabé la carrera de periodismo y  los estudios de fotografía. Me fui a vivir a Londres , porque creo que cuando una acaba de estudiar pasa por un  momento de crisis existencial y también para salir del nido familiar, independizarme , etc. Es en Londres donde realmente empiezo. Cuando llevaba dos años viviendo allí, hice un postgrado que me dio la oportunidad de hacer prácticas en prensa británica. Coincidiendo el año 1991 con un momento histórico tan importante como fue la desintegración de la antigua Yugoslavia, empecé a colaborar con un periódico británico en ese país.

CAnon-AE1-program¿Te acuerdas de cuál fue tu primera cámara?

Sí, ¡claro! Fue una Canon AE1 Program que me regaló mi padre con una óptica 50mm. que utilicé durante muchos años.

¿Cuál fue la primera foto o fotógrafo que te impresionó?

Sinceramente no me acuerdo, pero al inicio de mi formación, me influyeron mucho las imágenes de la guerra de Vietnam.

¿La última foto o el último fotógrafo que te ha hecho sentir lo mismo?

Lamentablemente vivimos unos momentos de un dramatismo brutal con el tema de los refugiados. La fotografía que salió publicada ayer de una barca volcando en las costas de Libia me dejó muy tocada. A mí, me continúa estremeciendo cada día, que no seamos capaces de ponerle freno a este sufrimiento tan tremendo. La imagen del barco volcando con 500 personas a bordo te deja la sangre helada.

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© Imagen cedida por la Marina Italiana

¿Con qué cámara sueles disparar?

Ahora estoy trabajando con la Canon 5D Mark II. Trabajo con dos cuerpos y estoy haciendo pequeñas incursiones en video.Canon_EOS_5D_Mark_II_with_50mm_1

¿Tienes una óptica favorita?

Tengo dos ópticas favoritas con las que he trabajado desde el principio, y continúo haciéndolo, que son el 35mm. y el 24mm.

¿Horizontal o vertical?

Creo que depende de la escena que uno va a fotografiar. Muchas veces la escena te marca la posición de la cámara. Generalmente disparamos mucho más en horizontal pero curiosamente alguien observó que en alguno de mis trabajos disparaba mucho en vertical.

¿Qué prefieres disparar a tiempo y hacer lo que esperabas o no llegar a tiempo y sorprenderte?

Creo que no es incompatible. Depende de lo que uno esté documentando. Si es un tema de actualidad, tienes que disparar en el instante. Pero hay situaciones en las que te va sorprendiendo permanentemente lo que te pasa por delante, si lo vas buscando. Es la diferencia entre el fotoperiodismo de actualidad y la imagen más documental dónde vas buscando lo que más te interesa.

¿Reencuadras las fotos?

Generalmente no, pero no tengo nada en contra del reencuadre. Si una imagen puede mejorar haciendo un pequeño reencuadre, eliminando algo de aire, no tengo nada en contra. Pero, en general, no suelo hacerlo.

¿Cómo te has adaptado al mundo digital?

Bueno (ríe), como no me ha quedado más remedio, me he adaptado como buenamente he podido. Creo que, como todos los de mi generación; de forma autodidacta, consultando a muchos amigos, viendo y leyendo muchos tutoriales … en definitiva, bien. Fui un poco reacia al principio  pero ahora no quiero ni oír hablar del analógico en lo que se refiere a la captura de imagen.

Digital o químico? ¿Por qué?

Hoy en día, digital. Yo he sido una enamorada y apasionada del químico. Siempre he tenido laboratorio en casa, me encantaba el proceso de revelado y positivado. Pero sinceramente hoy en día no me lo plantearía, a pesar de que pienso que mucha gente de mi edad nos enamoramos de la fotografía por el cuarto oscuro. Gran parte de mi archivo está en formato químico, porque gran parte de mi carrera he trabajado con cámaras analógicas.

¿Qué películas utilizas?

Dependía de para quién trabajara. Cuando trabajaba en blanco y negro solía trabajar con película Ilford. Si trabajaba en negativo color utilizaba Kodak, lo mismo si trabajaba con diapositiva. Muchas veces la emulsión no la elegía yo, si no que venía determinado por el cliente o  el destinatario final.

¿Retocas las imágenes? ¿Con que software?

Hago una mínima postproducción si es necesario. Creo que si la captura es correcta la postproducción ha de ser mínima. Trabajo con Photoshop

¿Cómo ves el panorama a día de hoy?

Siempre he conocido el panorama foto periodístico complicado. Las cosas han cambiado, pero sigue siendo un mundo difícil. Es un mundo que implica mucho esfuerzo, mucho trabajo y mucha dedicación. En ese sentido las cosas no han cambiado tanto. Veo a gente joven muy entusiasmada, con muchas ganas y eso es motivo para el optimismo. Otra cosa es, cómo está el mercado, como están los medios de comunicación.

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Llegaste a cubrir la desintegración de la antigua Yugoslavia en el año 1991  (como colaboradora del  periódico The Times) y sin quererlo te viste envuelta en una guerra. Decides quedarte a cubrir el conflicto. ¿Qué le hace a uno tomar esa decisión que, a todas luces,  parece la incorrecta? ¿Fue una cuestión como decía Enrique Meneses de : «He querido estar donde se hacía la historia para sentirla en mis carnes» ?

Justo acababa el postgrado de fotoperiodismo en Londres. Coincidió con la desintegración de la antigua Yugoslavia. Había estado haciendo prácticas en el diario The Times y le propuse al editor gráfico irme a ese país y mandarles material para ver si les interesaba. Me dijo que sí y allí empezó mi carrera.

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Cuando llegué a Yugoslavia, la situación degeneró de forma muy rápida. El conflicto en Croacia estalló de manera vertiginosa. Estando allí te planteas si quedarte o no, si crees que vas a ser capaz de trabajar en este tipo de situaciones, o no. Me puse a prueba para ver si era capaz de trabajaren en ese entorno y, a pesar de las dificultades y el dolor inmenso, vi que sí que podía y opté por quedarme.

Cuando hice el primer viaje a Yugoslavia yo iba a cubrir la desintegración del país. Yo no podía intuir la situación de guerra en la que me vi envuelta al cabo de dos semanas. Pero sí, creo que uno de los motores que me ha movido siempre a realizar los temas que he fotografiado, ha sido ser un testigo privilegiado de la historia en el momento que se produce.

Te han preguntado muchas veces sobre el poder de una imagen/noticia  para ayudar a frenar una guerra pero también los medios de comunicación son muchas veces cómplices de generar los conflictos,  de generar odio entre paisanos  (por ejemplo los discursos del odio emitidos por la radio RLTM en Ruanda que generaron la guerra entre Hutus y Tutsis). Me acuerdo de una portada en un tabloide inglés que rezaba It’s war señor a raíz de un partido de futbol entre la selección inglesa y la argentina. ¿Qué piensas al respecto de este doble rasero?

Nada es neutro en esta vida. Las informaciones pueden tener una connotación negativa o positiva dependiendo del uso que se haga de ellas. Si se hace un mal uso, las imágenes  pueden ser utilizadas como arma de guerra, sin duda alguna. Ahora bien, estas imágenes o informaciones, bien utilizadas, pueden ser una herramienta muy útil de concienciación, de sensibilización y de denuncia. Por tanto, la información no es el  elemento definitorio, dependerá del uso que se haga de ella.

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Otro gran problema de todos los diarios es que abordan los conflictos por rachas. Se diría que hay conflictos que están de moda, algunos olvidados y otros ignorados. Habiendo trabajado durante tanto tiempo como fotoperiodista, ¿tienes alguna explicación para ello?

Lo estamos viviendo permanentemente. Es como una montaña rusa, hay momentos de grandes coberturas y de repente la cobertura desaparece, como si esa realidad hubiera desaparecido. Lamentablemente es así. Es un problema endémico que se ha vivido en el mundo del periodismo y los medios de comunicación. Por eso es tan importante reivindicar el trabajo de los fotógrafos freelance que, independientemente de esas rachas, están al pie del cañón documentando situaciones que merecen ser denunciadas.

Desgraciadamente hemos vivido en los últimos tiempos las secuelas de las guerras de oriente en nuestro continente; atentados en París,  en Bélgica, anteriormente en Madrid, Londres… La cobertura mediática sobre estos hechos es tremenda dedicándole muchísimo tiempo y páginas a cubrir la noticia. En Paris murieron 130 personas y en Bélgica 35. Esto es lo que en un conflicto que puede durar años en cualquier país,  pueden llegar a llamar un día normal. ¿Crees que estamos viviendo una crisis ética en la que le damos más valor a las vidas europeas que a las del resto del mundo?

Creo que es un signo más de la hipocresía en la que vivimos permanentemente. Parece que tienen más valor los muertos de nuestro entorno que los que están más allá de nuestras fronteras. Creo que en situaciones tan dramáticas, no hay que ponerle precio a la vida y que todas las noticias deberían estar tratadas con el mismo valor, la misma sensibilidad.

Por desgracia no es así. Continentes enteros, como por ejemplo África, resultan  prácticamente invisibles  en la prensa occidental; y no hablemos de nuestro país donde prácticamente no hay comentario alguno sobre la realidad africana. Es muy criticable el papel de nuestros medios de comunicación.

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España ha dado, y sigue dando por suerte,  grandes fotoperiodistas pero, por nombrar a dos históricos como Agustí Centelles o Enrique Meneses  (1), son poco conocidos  y no se valoran en nuestro país tanto como en el extranjero. De hecho casi todos los grandes fotoperiodistas españoles (salvando a muy pocos) incluso hoy día trabajan para medios extranjeros. ¿Quién es el culpable de este gran error? ¿El público, los editores gráficos…?

Bueno, mencionáis dos ejemplos de dos personas absolutamente fuera de serie. Pero, pensemos que Agustí Centelles no tuvo reconocimiento hasta que pudo recuperar su archivo a la muerte de Franco. Esto le ha pasado a muchos fotoperiodistas de este país, que por condicionantes políticos se les ha ninguneado y se les ha olvidado.

A Enrique Meneses se le empezó a reivindicar aquí cuando ya era mayor. Tampoco son ejemplos de periodistas a los que se les haya hecho justicia. Quizás se les ha dado un poco más de valor en el extranjero pero tampoco demasiado.

Es un síntoma de indiferencia, de falta de interés, que tengamos una generación de fotoperiodistas en España extraordinaria, (sin duda, la mejor generación de fotoperiodistas que hemos tenido) que prácticamente se los rifan en la prensa internacional, y  que son absolutamente ignorados en los medios de comunicación de este país. Hay una gran falta de respeto por el trabajo de estos profesionales.

No atribuiría la responsabilidad de este tema a cargos concretos dentro de los medios de comunicación. Hay editores gráficos en este país que han apostado seriamente por el trabajo de calidad. He trabajado con algunos, aunque ya digo que son la excepción, que han apostado todo lo que han podido, y más, para poder publicar temas difíciles, temas incómodos. Creo que es más la indiferencia de los medios en general a ciertas coberturas realmente trascendentes.

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Tu labor como comisaria de exposiciones en los últimos años intenta enmendar este error (2)  y dar a conocer el trabajo de grandes fotoperiodistas españoles. Podría decirse que no hay nada más alejado del fotoperiodismo que dedicarse al comisariado; pasar de la acción física a la acción intelectual. ¿Cómo surge la idea de dedicarte al comisariado de exposiciones?

No estoy muy de acuerdo en que sean temas tan dispares, tan contradictorios.

A mí me interesa la fotografía de una manera global. Lógicamente me interesa producir, me interesa fotografiar pero también me interesa mucho la divulgación, la difusión, poder armar proyectos colectivos potentes. Ese fue el objetivo de mi primer comisariado que fue la exposición y el libro  «Latidos de un mundo convulso»  (AA.VV. Sandra Balsells, Lunwerg). Pensé que era una buena oportunidad  para mostrar y difundir material de grandes autores de mi generación.

Es otro ámbito, otra pata de la mesa que compone mi interés por  la fotografía. En cualquier caso, no creo que sea contradictorio. Ese primer comisariado mostró otra faceta mía y  ello llevó a mi segundo comisariado que fue «Desaparecidos»  de Gervasio Sánchez. También comisarié la exposición «Antología « que se montó a raíz de la concesión del Premio Nacional de Fotografía a Gervasio Sánchez. Trabajo mucho con él. Nos entendemos muy bien, reivindicamos el mismo tipo de fotoperiodismo.

De todas formas, yo solo comisarío exposiciones de temas que conozco bien. No me metería a comisariar  otros ámbitos de la fotografía que no domino, ni en broma.

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Decía Enrique Meneses que «El periodismo es ir, escuchar, ver, volver y contarlo» ¿Crees que ahora, debido al poco tiempo que los fotoperiodistas le pueden dedicar a su trabajo (3) , de esta frase falta el escuchar?

Bueno, creo que habría que distinguir entre lo que es un fotógrafo de agencia o de un  periódico , donde realmente se trabaja a un ritmo vertiginoso, con poco tiempo para la reflexión y el fotógrafo freelance  que puede hacer trabajos a más largo plazo o como mínimo a otro ritmo.

Todo tiene sus ventajas  y sus inconvenientes. Una persona que trabaja contratado por una agencia o medio de comunicación, sabe que a su trabajo va a salir a la luz y que va a cobrar por él. Sin embargo, nosotros los freelance no tenemos claro si el trabajo se verá y si recuperaremos el dinero invertido. Creo que esta distinción entre  maneras de trabajar es básica.

Yo me planteo los proyectos con tiempo; necesito tiempo para pensar, para reflexionar y para producir. Yo soy lenta a la hora de producir, y si no dispongo de tiempo, puedo volver a casa insatisfecha.

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En una entrevista dices que: El mercado no absorbe ni está interesado en proyectos documentales a largo plazo ¿Piensas de verdad que es el mercado o hay más intereses en juego?

Cuando hablo, de proyectos documentales, me refiero a testimoniar y contextualizar los grandes  dramas de nuestro tiempo. Me refiero a la fotografía que intenta documentar el momento histórico que nos toca vivir, los grandes dramas, los cataclismos que estamos viviendo. Sí, creo que en este sentido los medios de comunicación, lamentablemente,  no están cumpliendo con su labor, que sería dar visibilidad y canalizar esos trabajos. ¿Por qué? Pues  bueno, creo que los medios de comunicación han perdido de vista cual es su prioridad, su función básica. Cuando su objetivo se convierte meramente en un negocio, nos encontramos en esta situación tan lamentable. Se pierde de vista la finalidad básica de los medios de comunicación.

Vamos, que la fotografía incómoda, incomoda, valga la redundancia…

Correcto. Si los medios de comunicación sobreviven gracias a los anunciantes, gracias a la publicidad, lógicamente esto determina los contenidos. Por ejemplo, una marca de bolsos mega caros  no va a querer de ninguna de las maneras que su anuncio aparezca frente a imágenes de refugiados intentando saltar la valla en la frontera de Melilla. Esto es una realidad palpable hoy en día. Los contenidos vienen condicionados por la publicidad, por poderes económicos o políticos. No se quiere mostrar las imágenes que incomodan

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Desde la incorporación de la fotografía digital uno de los problemas con los que nos hemos empezado a encontrar ha sido la manipulación de imágenes (que aunque no es una novedad, antes estaba solo en manos de unos pocos artesanos). De hecho en el reciente premio World Press Photo, el jurado encontró que un 20% de las fotografías en la sección de Deportes había sido manipulado. ¿Por qué crees que existe esta manipulación? ¿Solo nos asombramos hoy día ante imágenes ficticias?

La fotografía nace de manera involuntaria manipulando la realidad. Manipular la realidad era tan fácil cuando nace la fotografía como hoy: en el momento en que diriges la cámara al sitio equivocado. Eso ya es una forma de manipular. No enseñar lo que sería trascendente de un episodio.

Ahora bien, si hablamos de lo que son las herramientas de manipulación, hoy en día son tan accesibles, tan sencillas, que intuyo que hay mucha gente que ha perdido el norte. No saben distinguir entre lo que se puede hacer y lo que no, por lo tanto creo que es básico la formación, la educación.

Es alarmante la cifra que mencionas. Es evidente que hay cosas que están funcionando muy mal. Además, no tiene ningún sentido, ya que en este mundo en el que vivimos, hay gente que está permanentemente buscando este tipo de falsificaciones y tarde o temprano siempre se descubren.  La verdad es que no veo qué sentido puede tener manipular una foto.

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Leyendo tu biografía me ha llamado la atención que desde el año 1995  te dedicas a la  docencia  enseñando fotografía en la Universidad Ramón Llull. Sabiendo que hasta el año 2000 estuviste involucrada con tu trabajo en los Balcanes, ¿Cómo compaginas tus dos trabajos?

Afortunadamente he podido combinarlo todo. He tenido un gran apoyo por parte de la universidad para no tener que abandonar mi trayectoria fotográfica. Aprovecho todas las vacaciones y mi tiempo libre para elaborar temas.

Cuando he tenido que cubrir temas de actualidad, por ejemplo, cuando empezó la revolución Serbia el 5 de octubre del año 2000,  me he podido ir de un día para otro porque la universidad se ha encargado de cubrirme. También es cierto que ha habido momentos en los que he pedido alguna excedencia. Vamos, que he tenido que hacer encaje de bolillos pero siempre con un gran apoyo, y eso lo valoro infinitamente. No habría podido seguir con mi trabajo sobre los Balcanes si no lo hubiera combinado con la docencia. Trabajos tan a largo plazo son imposibles de financiar

Perteneces a la  entidad sin ánimo de lucro, Photographic Social Vision, que intenta darle presencia a la fotografía documental y al fotoperiodismo. Por nuestras páginas han pasado fotógrafos que pertenecían a propuestas parecidas como Shoot4change Gea Photowords. ¿La única solución para sacar adelante proyectos de calidad es unir fuerzas en un colectivo?

No es la única solución, es una vía más. En mi caso es muy satisfactorio formar parte de este organismo porque es muy enriquecedor desde el punto de vista de poder disfrutar con el intercambio de opiniones, poder conocer proyectos de primera mano.

Es una vía más que hay que apoyar y si se puede participar activamente pues mejor. Es muy conveniente el poder sumar sensibilidades, esfuerzos, a pesar de que luego la producción suele ser individual.

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Ya no trabajas en zonas de conflicto y tus últimos trabajos estarían clasificados como fotografía documental. Revisando tu libro Balkan in memoriam (Blume, 2002) he tenido la sensación que tu trabajo en el conflicto de los Balcanes también podría ser clasificado de documentalismo más que de fotoperiodismo . Parece que siempre has sido una fotógrafa documentalista, ¿me equivoco?

Nunca he sido partidaria de etiquetar las cosas. Nos costaría mucho ponernos de acuerdo en que entendemos exactamente por fotografía documental, porque toda fotografía es documental.

Explico un poco mi evolución. Yo comienzo haciendo prensa diaria pura y dura en el  año 1991  para The Times y luego para agencias. Con el paso del tiempo voy evolucionando hacia un tipo de trabajo que pueda realizar con más reflexión, con más tiempo. Quizás no se trate de sintetizar toda una situación en una foto si no de poder hacer un registro más largo. Mi trabajo ha ido evolucionando hacia este tipo de fotografía.

También depende del tema. Mi trabajo sobre los refugiados en Lampedusa es fotografía de prensa pura y dura, es la instantánea. Depende un poco del trabajo que esté realizando, pero sí,  me interesa hacer proyectos más largos y en contextos donde aparentemente no pasa nada, o no pasa delante de tu cámara y tienes que ir buscando, ir armando lo que será el guión de tu historia.

Siempre me ha interesado de la fotografía, la capacidad  que tiene de captar la forma de vivir del ser humano, bueno, de vivir o de sobrevivir.

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Robert Capa, decía que “una causa sin imágenes no es solamente una causa ignorada; es una causa perdida”. ¿Crees que vamos a acabar en un mundo de causas perdidas?

Desgraciadamente hay demasiadas causas perdidas. Pero sinceramente no creo que acabemos en un mundo de causas perdidas, espero que no, ansío que no.

El periodismo es uno de los pilares de cualquier sociedad democrática y creo que esos pilares van a mantenerse. Afortunadamente hay mucha gente entusiasmada, con ganas de impulsar proyectos por iniciativa propia que creo que no nos va a faltar una voz de la conciencia que nos martillé la mente recordándonos las cosas que están pasando.

No soy pesimista. Como decía antes, este oficio es muy duro, complicado, pero yo ya lo conocí así cuando empecé hace 25 años. Hay que tener mucha vocación porque es la única manera de sobrellevar todos los esfuerzos y sacrificios. Es una opción de vida que te obliga a ser muy austero a todos los niveles, pero, ¿qué mayor gratificación que dedicarte a lo que quieres, a lo que realmente te apasiona y te llena? En ese sentido es un privilegio. ¿Qué otro oficio te permitiría meterte en situaciones aparentemente tan alejadas de ti? Ese es el gran lujo del fotoperiodismo.

Para terminar,  ¿cuéntanos cuáles son tus próximos proyectos?

Todos son continuación de proyectos que ya están en marcha. Por un lado empezar a divulgar, espero que en formato de libro, mi trabajo sobre Sicilia que se titula «A un paso del cielo». Es un trabajo realizado durante siete semanas santas y que trata de radiografiar de forma antropológica a la sociedad siciliana. Es un proyecto que ya se presentó en Berlín el verano del año pasado.

Continuar con el trabajo sobre los refugiados que comencé hace 5 años en Lampedusa. Luego, tengo unos proyectos más personales que me interesan mucho, concretamente un trabajo que empecé hace dos años sobre una mujer joven, universitaria, con una gran discapacidad física que me parece un ejemplo de superación brutal. Es un trabajo de seguimiento, de proximidad, que implica coger la cámara todas las semanas para ir produciendo poco a poco.

Estas son los tres temas en los que estoy volcada,  aparte de los comisariados que llevo entre manos desde hace ya tiempo.

Nada más, solo volver a agradecer a Sandra Balsells su tiempo y paciencia. 

Entrevista Mike Steel

 

1  Decía Gervasio Sánchez en una entrevista para Ojos Rojos que el trabajo que se solía hacer un fotoperiodista en dos semanas tiene que hacerlo ahora en tres días.

2 Véase «Latidos de un mundo convulso» AA.VV. Sandra Balsells – Lunwerg-Caja Madrid, (2007) o Desaparecidos (2011), del fotoperiodista Gervasio Sánchez.

3 Meneses es famoso por sus fotos en Sierra Maestra donde retrato a Fidel Castro y a Che Guevara,  pero en principio fue a cubrir la construcción de un túnel que construían los franceses para el periódico Paris Match.

Para saber más sobre Sandra Balsells y poder conocer su trabajo con mayor profundidad, entra en su web

 

 

Retratos del Alma. Primera Parte de Dolors Martorell desde Vimeo.

Retratos del Alma. Segunda Parte de Dolors Martorell desde Vimeo.

Retratos del Alma. Tercera Parte de Dolors Martorell desde Vimeo.

 

 

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