Hiroshi Sugimoto – Seascapes

hiroshi-sugimoto-4-revista-ojosrojos© Hiroshi Sugimoto. Caribbean Sea Jamaica 1980

La primera vez que contemplé la serie Seascapes de Hiroshi Sugimoto me sentí inmediatamente recorrido por una especie de estremecimiento involuntario. Como el que inesperadamente se topa con el rostro familiar de alguien querido entre una maraña de gente. Reconocimiento y coincidencia. Permanecí absorto frente a las hipnóticas imágenes de la serie durante un rato largo. Ahí estaba todo. En un camino inverso había llegado ante la obra de un artista, hasta entonces desconocido para mí, con el que instantáneamente certificaba una conexión irrefutable.

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© Hiroshi Sugimoto. Ligurian Sea Saviore 1993

Desde hacía algún tiempo yo estaba trabajando en una serie de piezas muy esenciales con parafina y pigmentos sobre papel hecho a mano titulada Grey Days: Emotional Landscapes. A propósito de la misma son las siguientes líneas que ahora considero interesante transcribir:

Naturaleza reencontrada. El paisaje cambiante en la claridad vacilante de un espacio crepuscular donde poco a poco desaparecen todos los signos de reconocimiento dejando paso a una suerte de intervalo emocional que trasciende lo físico. Sentimiento-paisaje, sintetizado en una línea, en un horizonte persistente. Como en la teoría del Único-trazo del gran pintor del siglo XVII Shitao, la inmediatez del procedimiento utilizado en las parafinas sobre papel aborda y expresa esa naturaleza que espera ser revelada en un solo gesto. La interacción de los diversos elementos matéricos en múltiples niveles y su fijación en un único momento concreto. Y entonces vislumbrar la brisa que hace vivir a ese trozo de papel pigmentado, la llave que permite mirar y recuperar las emociones guardadas en un pliegue de la memoria”

hiroshi-sugimoto-seascapes-1-revista-ojosrojos© Hiroshi Sugimoto. Baltic Sea near Ruegen 1996

Creo que es un texto que perfectamente podría hablar de la serie de Sugimoto. Tal cual. Es por esto que sentí una profunda euforia al encontrar y reconocer en esta maravillosa serie un espíritu sorprendentemente afín. Y es curioso como desde puntos de partida tan distantes se llega a lugares comunes. Quizá las primeras obras que a mí me incitaron a abrir una senda en esta dirección, fueron un pequeño cuadro de James Abbott McNeill Whistler titulado Nocturne [1875-80] y una acuarela experimental de Joseph Mallord William Turner, Yellow Sky de 1840. Ambos me impactaron durante mis primeros años de estudiante en la Facultad de Bellas Artes. Y después por supuesto Rothko. Ignoro si a Hiroshi Sugimoto estos precedentes le han influenciado o no, ya que sus primeras referencias “oficiales” citan a Breton, al Surrealismo, al Dadaísmo y posteriormente al movimiento minimalista, pero para mí la conexión es más que patente. De hecho ha habido posteriormente importantes exposiciones que emparentaban por un lado a Whistler con Turner (Tate), a Tuner con Rothko (Tate Britain) y a Rothko con Sugimoto (Pace London) lo que para mí deja entrever una tendencia a asociarse con un lenguaje que comparte conceptos con la pintura y a difuminar la delgada línea que une/separa a la fotografía de la pintura o la instalación.

hiroshi-sugimoto-seascapes-2-revista-ojosrojos© Hiroshi Sugimoto. Aegean Sea Pillon 1990

Los artistas al final del día lo que estamos haciendo durante toda nuestra vida es un gran autorretrato. Y quizá sea eso lo que hace Sugimoto en esta serie: un autorretrato que se remonta a lo primigenio, a lo esencial. Según cuenta en un texto autobiográfico tuvo una conversación con su tutor y amigo Yamada, en los años finales de su educación primaria. Observaban el esqueleto de una ardilla que Yamada acababa de recomponer, mientras le explicaba que los humanos somos el resultado evolutivo de animales de este tipo.

“ Quieres decir, que si me remonto a los bisabuelos de los bisabuelos de mis bisabuelos… llegaría a una ardilla? “Preguntó Sugimoto.

“Bueno, algo así”, respondió Yamada.

“Ya… y si nos remontamos a los bisabuelos de los bisabuelos de los de la ardilla, a dónde llegaríamos?”

“ … al mar”.

hiroshi-sugimoto-seascapes--revista-ojosrojos© Hiroshi Sugimoto. North Atlantic Ocean Cliffs of  Mother I 1989

La aparente simplicidad de las composiciones de la serie Seascapes, que se centran en un horizonte que aparece y desaparece, nos reta a discernir la levedad de las delicadamente esquivas calidades del agua azotada por el viento, o de la bruma deshaciéndose en el aire. Dicha simplicidad va encaminada a una superación de la apariencia a través de una presencia que se abre, por así decirlo, a una sutil resonancia universal. La belleza del horizonte radica en el encuentro de dos elementos: Agua y aire. Una línea horizontal que traza el equilibrio entre presencia y ausencia, entre sustancia y espíritu. En sus propias palabras: “Agua y Aire. Tan comunes son estas sustancias que apenas llaman la atención, y sin embargo son dignas de nuestra propia existencia”. La mirada de Sugimoto capta en cada pieza un instante de discreta armonía, como impregnado de vacío. De vacío y de plenitud. Un instante que conlleva un nuevo encuentro situado en otro plano, el de la memoria ancestral.

“Mystery of mysteries, water and air are right there before us in the sea. Every time I view the sea, I feel a calming sense of security, as if visiting my ancestral home; I embark on a voyage of seeing.” – (Hiroshi Sugimoto)

 

Guillermo Summers
Pintura / Escultura / Instalación

 

guillermosummers.es

sugimotohiroshi.com

 

 

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