Josef Koudelka

El escritor y periodista Bruno Galindo es nuestro invitado para la secci贸n La Pieza de este mes聽 y nos sorprende con su elecci贸n de esta foto de Koudelka
Turqu铆a. Capadocia. 1984.

Un asunto period铆stico me lleva a Praga hace pocos meses. All铆 aprovecho para pasar un rato en el Caf茅 Slavia, situado frente al Teatro Nacional. Abierto en 1884, el local encierra ese perfume pol铆tico panaeslavista que hace de la capital checa algo tan especial. Aire bohemio, estilo art nouveau. Estoy en la ciudad literaria por antonomasia: Kafka, Hrabal, Rilke, Kundera, 膶apek, Meyrink鈥 Las fotograf铆as del Slavia muestran un mundo de personajes menos universales, m谩s locales y pol铆ticos; este es el curso del 68 -el a帽o de la invasi贸n rusa- y me fijo en las fotos de otras personalidades: el autor vanguardista Vinezslav Nezval, el compositor Bed艡ich Smetana, el actor Jind艡ich Mo拧na, el poeta Jaroslav Seifert, el dramaturgo disidente Vaclav Havel鈥 Pero las im谩genes de todos ellos, obra de los fot贸grafos locales Jan Werich & Pratel茅, me llevan -as铆 funciona la mente- al trabajo de otro checo, el maestro Josef Koudelka.

Conoc铆 la obra de Koudelka gracias a una alumna que, al final de unos cursos de literatura en la Universidad de Alicante, me obsequi贸 con la antolog铆a editada en Lunwerg, en 2007, en la popular serie Photopoche. 鈥淓l gran fot贸grafo del este鈥, resume la cubierta, 鈥渘os ofrece una visi贸n diferente de una realidad diferente, poblada de personas cuya existencia nos transmite con una extra帽a mezcla de dignidad y realismo鈥. Sin duda el prologuista Bernard Cuau -Le Nouvel Observateur- alude a las grandes fotos de la invasi贸n sovi茅tica o del eterno exilio gitano, protagonistas de buena parte de la antolog铆a y, poca duda cabe, las instant谩neas m谩s c茅lebres del fot贸grafo. 鈥溌縌u茅 es marcharse, tener miedo, amar, vivir como una sombra, perder una pierna, engordar, rezar, consolar, llorar, esperar, jugar, recogerse, llevar flores a los muertos, proteger a un hijo, sonre铆r, ser detenido, tocar el viol铆n鈥?鈥, se pregunta Cuau. El fot贸grafo protagonista de esta r煤brica: el hombre es la respuesta.

Pero mis fotos predilectas de Koudelka son, por alg煤n motivo que no he pensado demasiado y que no pretendo descubrir, aquellas que tienen por protagonistas a animales: el perro negro en medio del paisaje nevado, el caballo junto a su due帽o, el mono enjaulado, el gallo colgado en un alambre (portada del Photopoche). La de la tortuga, realizada en Capadocia en 1984, resulta -a mi, al menos, me da ese efecto- una imagen quintaesencial de la impotencia del individuo en un h谩bitat no elegido, la frustraci贸n del ser frente a una naturaleza neutral y adversa, la dureza del propio destino. Observ谩ndola ahora mejor con objeto de esta rese帽a, descubro que la falta de referencias claras en el paisaje circundante debi贸 darme una falsa impresi贸n del tama帽o del animal -lo recordaba mayor, pero 驴es mayor?- que se revuelve angustiosamente (驴o est谩 muerto? En tal caso, 驴cuando muri贸?). Deliberadamente escasa ser谩 mi contribuci贸n t茅cnica dada mi mera -tambi茅n sincera- afici贸n fotogr谩fica. S贸lo dir茅 que al volver a enfrentarme a esta foto descubro que, m谩s all谩 del objeto central del quelonio en situaci贸n ag贸nica, acaso lo verdaderamente turbador de la imagen es el desconocimiento de lo que hay al otro lado, ah铆 donde dejan de verse las pisadas que hollan el camino.

Bruno Galindo, escritor y periodista

C贸rdoba, octubre 2012

brunogalindo.com

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