Luis Baylón

Luis-baylon-revista-ojosrojosLONA EN LA CALLE  © Luis Baylón
Allahabad 2013

Baylón regresa al Maha Kumbha Mela que se celebra en Allahabad cada doce años. Estamos en febrero del 2013 y millones de personas se reúnen en uno de los lugares más sagrados del hinduismo, en la confluencia de los ríos Yamuna, Ganges, y el subterráneo y legendario Saraswati, en las fechas consideradas más auspiciosas astrológicamente.

El festival religioso conmemora el episodio mítico en el que durante doce días y doce noches, equivalentes a doce años, los dioses se enfrentan a los demonios por la posesión del Kumbha o Kalasa, el vaso ritual que contenía la amrita, el néctar de la inmortalidad. Durante la batalla algunas gotas cayeron en cuatro lugares sagrados, todos ellos objeto de peregrinaje, de los cuales el más multitudinario es Allahabad.

El sangam, enclave donde se unen los tres ríos, constituye el objetivo principal de los fieles en Allahabad. En él se realizan baños purificadores y liberadores. El sangam se encuentra a unos kilómetros de la ciudad, y hacia él se extiende un enorme campamento donde se alojan los sadhus, ascetas o yogis, con sus acólitos y adeptos. Los sadhus serán los primeros en realizar los baños rituales en las fechas más propicias. Después de ellos se sumergirán en las aguas los millones de devotos llegados de toda India con este fin, realizaran ritos y recibirán las bendiciones de los sadhus, aprovechando la reunión de un importante número de ellos.

Los accesos, carreteras y puentes de la ciudad, y el propio sangam están rebosantes de gentes, con un infernal tráfico de personas, animales y vehículos, cada vez más motorizados. Y en medio de las avalanchas de peregrinos, de saddhus y sus seguidores, pero también de fotógrafos y periodistas venidos de todo el mundo, pues debido a su espectacularidad, el festival religioso atrae cada vez más a los medios de comunicación, Baylón se fija en esta lona en la calle con una foto de una mujer . Ha pasado varias veces por delante, en sus recorridos hacia el sangam, y ahora llama poderosamente su atención.

Se trata de propaganda institucional, de una campaña contra la violencia de género. Pero alguien no ha podido reprimir su odio y su desprecio, su violento machismo y, en un acto brutal, ha rasgado su boca. Es un gesto simbólico, como simbólica es la imagen de Baylón, ya que a la mujer le han dado un tajo que le ha rasgado la boca, le ha cortado la voz.

Alrededor de un treinta y cinco por ciento de las mujeres del mundo, una de cada tres, sufren alguna forma de violencia física o sexual a lo largo de su vida. A esto hay que añadir el importantísimo número de mujeres que sufren diferentes tipos de discriminación o explotación económica, que son víctimas de abusos de todo tipo. A todas estas mujeres se les ha cortado o, al menos se intenta, arrebatarles la voz, que queden mudas, sin identidad.

La violencia contra las mujeres se encuentra en todo tipo de sociedades y culturas, se justifica en las más variadas religiones y aparece en todos los grupos sociales. Aunque revista diversas formas, posee una única causa: la discriminación que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo, y tiene un claro objetivo: que dejen de tener voz, de tener ideas propias, que olviden sus derechos y sus propias tradiciones.

Pero en cambio, habría que recordar que en India desde el Neolítico pervive en la tradición popular, de forma muy viva, la importancia de lo femenino como principio activo de la creación. Se trata de una civilización agrícola , en la que la tierra se identifica con la fertilidad, con la diosa-madre. Se veneran, todavía hoy, representaciones abstractas de la energía femenina tales como triángulos rojos, piedras que muestran líneas que evocan su carácter dinámico, o tienen formas cóncavas que aluden al útero, que también es el caso del vaso ritual Kumbha. Las fuerzas de la naturaleza, la tierra, el agua, los árboles se personifican en mujeres.

Con el desarrollo del hinduismo, la energía femenina es objeto de culto y aparece tanto simbolizada en el Yoni ,o vulva, como personificada en diosas concretas. Entre estas destacan por su carácter dinámico y combativo, Durga y Kali. Durga, la beligerante diosa de la guerra, aparece representada montada sobre un tigre o león, con frecuencia matando a un búfalo. Tiene muchos brazos en los que lleva armas, mostrándose omnipotente y todopoderosa, la única capaz de acabar con el mal. La diosa terrorífica Kali, de color negro, representa el poder destructor  del tiempo. Aparece con sus colmillos protuberantes, la lengua fuera, guirnaldas y collares de calaveras y portando la espada manchada de sangre.

La fotografía de Baylón me impresiona porque aunque la mujer a la que le han roto la boca es india, y probablemente campesina, como la mayoría de la población en este país, adquiere aquí un carácter universal pues podemos identificarnos con ella como víctima, y asumir que esta agresión podría surgir en cualquier lugar, en cualquier contexto, contra cualquier mujer. Muestra la huella del odio visceral, cobarde e inútil. Es clara y directa, no hace falta mostrar mucho más.

Rosa Comas
Historiadora del Arte

 

luisbaylon.com

Podéis leer una entrevista exclusíva con Luis Baylón en Revista Ojos Rojos

 

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